La indignación ciudadana crece ante casos de funcionarios públicos con licencia médica que son sorprendidos viajando al extranjero. En la provincia de Quillota, las alarmas se encienden, exigiendo a los alcaldes fiscalización y sanciones ejemplares.

La confianza en el sector público chileno vuelve a estar bajo la lupa. En las últimas semanas, una serie de denuncias y casos mediáticos han puesto en el ojo del huracán a funcionarios que, mientras gozan de licencias médicas -y por ende, reciben su sueldo con cargo a fondos públicos-, son sorprendidos disfrutando de viajes al extranjero. Esta situación ha desatado una ola de críticas y un intenso debate sobre la probidad, la fiscalización y la ética en la administración del Estado.
Los casos, que han proliferado en redes sociales y medios de comunicación, muestran a empleados públicos en destinos turísticos o visitando familiares fuera del país, mientras sus expedientes laborales indican que se encuentran inhabilitados para trabajar por motivos de salud. La paradoja genera una legítima indignación: ¿cómo es posible que una persona incapacitada para cumplir sus funciones en Chile, sí esté apta para realizar viajes internacionales, que a menudo implican desplazamientos prolongados y actividades físicas?
La Provincia de Quillota en la Mira: Exigencias a las Municipalidades
La preocupación no es ajena a la Región de Valparaíso, y en particular, a la provincia de Quillota. Ciudadanos y organizaciones locales han comenzado a levantar la voz, exigiendo a las municipalidades de Quillota, La Calera, La Cruz, Hijuelas y Nogales que revisen sus protocolos internos y garanticen una estricta fiscalización sobre el uso de licencias médicas por parte de sus funcionarios. Si bien hasta el momento no se han hecho públicos casos específicos que involucren directamente a empleados municipales de la provincia viajando al extranjero en esta situación, la sombra de la duda se cierne sobre la administración local.
Alcaldes Anuncian Sanciones y Cero Tolerancia
Frente a la efervescencia de la opinión pública, los alcaldes de la provincia de Quillota han comenzado a reaccionar. Aunque sin detallar casos concretos de sus propias plantas municipales, varios ediles han declarado su compromiso con la probidad y la «mano dura» contra quienes abusen del sistema.
La Municipalidad de La Calera, a través de un comunicado de prensa, enfatizaron que «no toleraremos ningún tipo de abuso en el uso de licencias médicas. Si se comprueba que un funcionario de nuestra municipalidad ha cometido una irregularidad viajando al extranjero mientras está con licencia, aplicaremos las sanciones más drásticas que la ley nos permita, incluyendo el sumario administrativo y, si corresponde, la desvinculación. La confianza ciudadana es lo primordial».
La polémica no solo afecta la imagen de los involucrados, sino que erosiona la ya frágil credibilidad en las instituciones. Los ciudadanos, quienes con sus impuestos financian el funcionamiento del Estado, perciben estas situaciones como un abuso de privilegio y un desprecio por el erario público. La pregunta que resuena es: ¿hasta qué punto se está permitiendo una «viveza» que, más allá de la legalidad estricta, atenta contra la ética y el sentido común?
Se espera que esta controversia impulse medidas concretas por parte del gobierno y el parlamento. Entre las propuestas que ya circulan, se habla de fortalecer los mecanismos de auditoría, establecer criterios más claros para la autorización de viajes durante licencias médicas y, en casos de comprobado fraude o abuso, aplicar las sanciones administrativas y legales que correspondan. La ciudadanía exige transparencia y un compromiso real para erradicar estas prácticas que, más allá de los casos individuales, reflejan una brecha en la probidad de la función pública.
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